Problemas
Gracias a la diversidad de nuestro equipo, podemos ofrecer atención en una amplia gama de problemas psicológicos. Puede pensarse por ejemplo en:
Problemas del estado de ánimo, como la depresión.
En una depresión pueden observarse distintos síntomas. Quien no ha tenido alguna vez cierta pena o dificultad, pero no todo el mundo desarrolla una depresión como tal. Se puede hablar de una depresión cuando se ha tenido, por lo menos, conflictos ininterrumpidos con diversos síntomas durante dos semanas. Los síntomas más usuales son un estado de ánimo sombrío, un exceso o, por el contrario, muy poco sueño, pocas o demasiadas ganas de comer, dificultades de concentración, la incapacidad de experimentar placer en la vida cotidiana, y pensamientos suicidas. Es importante estar alertas tempranamente ante una posible depresión, pues los síntomas pueden agravarse.
Problemas de ansiedad y tensión emocional.
La ansiedad y la tensión emocional son reacciones normales frente a una situación de peligro. Sin embargo, algunas personas pueden sentirse ansiosas a menudo, incluso cuando no existe ningún peligro directo en su entorno. Esto puede ser un signo de un trastorno de ansiedad. En un trastorno de ansiedad la persona sufre angustia ante situaciones cotidianas, como tener que hacer una llamada telefónica o viajar en un tren lleno. En un trastorno de ansiedad los miedos son tan grandes que la persona ya se ve impedida de llevar una vida normal. Hay una diversidad de trastornos de ansiedad y distintos síntomas. Los síntomas más frecuentes son miedo a perder el control, hiperventilación, la evitación de situaciones normales, irritabilidad, problemas del sueño, pero también pueden presentarse dolores de cabeza o de barriga.
Traumas no elaborados.
Cuando uno ha atravesado por una experiencia traumática, puede desarrollar posteriormente un trastorno de estrés postraumático (PTSS). Una experiencia traumática puede ser única, como sufrir un accidente, o haberse desarrollado a lo largo de un proceso traumático prolongado. Ambos pueden ser la causa de un PTSS. Por ejemplo, haber sufrido abuso (sexual) prolongado, exposición a maltrato repetitivo o a violencia de guerra. Los síntomas de PTSS se caracterizan por el revivir situaciones traumáticas, la evitación de situaciones asociadas al trauma, irritabilidad y sentimientos obstruidos. Así mismo, los problemas de adicción y síntomas asociados con una depresión o un trastorno de ansiedad pueden también formar parte de un PTSS.
Duelos complicados o no elaborados.
Se habla de duelo complicado o no elaborado cuando éste adquiere una forma en la que se niega la realidad de la pérdida y los sentimientos de duelo son reprimidos. Esto puede tener duras consecuencias. La persona que sufre de ello puede retrotraerse de la vida social y desarrollar sentimientos depresivos profundos. En la terapia sobre un duelo no elaborado se tendrá en cuenta la evitación de sentimientos.
Actos y pensamientos obsesivos.
La existencia persistente de actos y pensamientos obsesivos se denomina también trastorno obsesivo compulsivo (OCS). Este trastorno se caracteriza por la presencia de pensamientos obsesivos acompañados de acciones compulsivas que intentan controlar dichos pensamientos. Estas acciones, a la larga, no ayudan a controlar los pensamientos obsesivos sino todo lo contrario, los complican más. Un ejemplo es el temor al contagio, ante el pánico de contagiarse termina uno dedicándose a limpiar constante y compulsivamente. El temor al contagio no es la única forma de OCS. Los pensamientos obsesivos pueden desarrollarse frente a muchas ideas y pueden ser difíciles de reconocer y diferenciar de otros pensamientos. Eso se puede comprender y atender durante el tratamiento.
Síntomas físicos inexplicables.
La existencia de malestares físicos sin un motivo definido puede indicar la presencia de distintas causas psicológicas. El estrés, por ejemplo, puede provocar malestares físicos. Igualmente, otros problemas de orden psíquico, como la depresión o la ansiedad puede ir acompañada de malestares corporales. Así mismo, existen trastornos de orden somático, donde los malestares físicos no pueden explicarse por causa médica u otros problemas psicológicos.
Trastornos de alimentación.
Hay distintos tipos de trastornos de alimentación. Hay quienes comen muy poco y desarrollan problemas por temor a engordar. Es lo que generalmente se denomina anorexia nervosa. Pero también hay personas que, si se alimentan, pero después vomitan, y se denomina bulimia nervosa. Algunos otros trastornos de la alimentación que se ven a menudo también tienen que ver con ataques de exceso de ingesta de comida o la exagerada concentración en alimentarse sanamente.
• Sentimientos de inferioridad, inseguridad y soledad.
Quién no ha tenido alguna vez sentimientos de inferioridad, inseguridad o soledad. Pero, para algunas personas estos sentimientos son más profundos. Los sentimientos de inferioridad pueden haber surgido de experiencias dolorosas como el haber sido acosado, atormentado o extremadamente exigido. También pueden surgir sentimientos de soledad ante la pérdida de una persona importante o haber estado expuesto a situaciones de descuido. Cuando estos sentimientos son constantes y pueden llegar a impedir el buen desenvolvimiento de la vida cotidiana, es entonces bueno buscar ayuda profesional.
Problemas psicosociales.
Los problemas psicosociales son producto de una combinación de problemas psicológicos, como la depresión o la ansiedad y problemas sociales, como conflictos en casa o de orden laboral. Estos problemas a menudo tienen un perfil social difícil de resolver individualmente, por lo que pueden empeorar o crear nuevos problemas. La ayuda externa puede aportar la distancia suficiente para verlos en perspectiva y enfrentarlos uno por uno y así poder resolverlos.
Problemas de control de impulsos.
Existen distintos tipos de problemas de control de impulsos, como la cleptomanía, la piromanía o el comportamiento desafiante y de oposición. En los problemas de control de impulsos la persona tiene serias dificultades para poder controlar su comportamiento y sus emociones. Generalmente, estos problemas se producen por una combinación de causas. A menudo puede haber un factor genético o un factor ambiental o también un problema depresivo o de adicción detrás.
Problemas relativos a la migración y/o de orden cultural.
Si alguien ha emigrado a otra cultura, o lo han hecho sus padres o antecesores, a menudo vive a la vez entre dos culturas. Si además estas culturas difieren enormemente pueden desarrollarse situaciones difíciles y contradictorias. Puede suceder, por ejemplo, que la familia exija que su opinión prime en la toma de decisiones y la persona justamente quiere sentirse capaz de tomar sus propias decisiones según su propio criterio. También puede suceder que una persona tenga ideas muy distintas de las que su jefe tiene sobre como que se debe desarrollar su jornada laboral. A veces, estas situaciones incómodas pueden devenir en grandes problemas. Quien ha tenido experiencia de vivir entre diversas culturas puede ayudar en la búsqueda de soluciones.
Trastornos de personalidad.
Se denomina trastorno de personalidad cuando alguien tiene rasgos de personalidad extremos que complican en demasía su vida cotidiana. Hay múltiples tipos de trastornos de personalidad, que en general se dividen en tres tipos. El primer tipo se caracteriza por un comportamiento extraño o excéntrico, en el que la persona está excesivamente centrada en sí misma y es muy poco sociable. El segundo tipo, tiene que ver con un comportamiento impulsivo y la dificultad de manejar las emociones. El tercer tipo, tiene que ver con personas tan angustiadas que se provocan conflictos extremos a partir de su gran inseguridad. Los trastornos están ligados a menudo con problemas de depresión, ansiedad y adicción.
Trastornos sexuales o de género.
La sexualidad y el género son temas que no siempre son fáciles de tocar, sin embargo, las inseguridades sobre la sexualidad y el género están presentes a menudo entre mucha gente. También sucede que regularmente el entorno no acepta fácilmente la sexualidad o el género de alguien cuando, por ejemplo, la cultura del entorno tiene ideas extremadamente rígidas sobre este tema.
Trastornos de desarrollo (por ejemplo, autismo u otros problemas de orden genético).
Los trastornos de desarrollo son un concepto amplio. Se refieren a trastornos que se han desarrollado durante la adolescencia, cuando uno no ha podido desarrollarse plenamente. A menudo son trastornos que tienen una base genética, es decir no han sido aprendidos sino vienen de nacimiento. En determinadas circunstancias estos problemas pueden expresarse. Un buen ejemplo de estos trastornos del desarrollo son los trastornos del espectro autista o el ADHD.
Trastornos del sueño.
Quien no ha dormido mal alguna vez. Por una vez no es algo grave. Pero si uno duerme mal dos o más veces por semana y durante el día eso le causa problemas, estamos entonces ante lo que se denomina trastornos del sueño. Este tipo de trastornos pueden tener distintas causas. Pueden suceder que uno esté demasiado preocupado o haya tomado mucho café muy tarde, pero también pueden ser producto de problemas psicológicos de tipo depresivo o ansioso.
Somos una institución relativamente pequeña y ambulatoria que no siempre está disponible o puede brindar ayuda que requiera internamiento. Por lo tanto, Adagio no es el lugar adecuado para problemas serios relativos a adicción severa o trastornos alimenticios ni tampoco para problemas psicóticos agudos o de riesgo suicida. Debido a nuestra concentración en clientes de procedencia latina, recomendamos a los angloparlantes o de habla neerlandesa que busquen psicoterapia en otras instancias donde el tiempo de espera puede ser más breve.